Dimensión Espiritual
Es la dimensión formativa que funda el ser cristiano en la experiencia de Dios, manifestado en Jesús, y que lo conduce por el Espíritu a través de los senderos de una maduración profunda» (D.A No. 280 b).
Es de esta manera en que el candidato experimenta el amor de Dios en su vida y a la vez lo comparte, pues el amor verdadero es comunicativo y no centrado en sí mismo. El candidato lleno de la presencia de Dios, podrá trasmitir esa presencia en el mundo, pues deberá trasparentar en su vida al Maestro, la dimensión espiritual formará al discípulo en la adhesión a la persona de Jesucristo, pues él es “el Camino, la Verdad y la Vida”(Jn 14, 6) de los hombres.
El candidato debe vivir su respuesta de una manera tal que se pueda decir: éste ha sido llamado por Dios, para una Misión en especial, esa misión es trasmitir lo que Dios le comunica (ser Profeta) y esa comunicación es el Verbo encarnado, es decir comunicar a Cristo, el salvador, al género humano. Pero ¿cómo se dará cuenta de lo que le comunica El Señor? El verdadero discípulo conocerá el plan de Dios, en la meditación, en la contemplación y en el diálogo con Cristo en la Sagrada Escritura, ya lo dirá San Jerónimo: “Quien desconoce las Escrituras, desconoce a Cristo” El Discípulo que no trasmite lo que Dios le pide no es el verdadero seguidor y por tanto no es un verdadero discípulo, y al no ser verdadero discípulo no podrá comunicar al mundo su mensaje, lo único que podrá comunicar será palabras sin trascendencia, sin impacto, palabras sin vida.El candidato al Sacerdocio, podrá acercarse a María y aprender de ella, pues ella como discípula meditó y contempló el misterio, pero no sólo se quedo con el, sino que salió presurosa al mundo y lo comunicó.