Dimensión Intelectual
“Asegura, de una manera especial, el conocimiento bíblico-teológico y de las ciencias humanas, para adquirir la necesaria competencia doctrinal y así desempeñar los servicios eclesiales que se requieren, para una adecuada presencia en la vida secular» (D. A No. 280 c)
El candidato, puede vivir su compromiso de una manera tal que conozca y pueda trasmitir la enseñanza humana, moral y cristiana ante un mundo que poco a poco pierde su horizonte. La dimensión intelectual capacita al discípulo para dar razones de la fe, como lo dice San Pedro en su primera carta, pues esto es esencial en el hombre que quiere conocer y dar a conocer a Dios, pues nadie da de lo que no tiene ni conoce. Este conocimiento intelectual deberá crear en el candidato ese deseo de conocer al Señor y a la vez ser un hombre entre los hombres, pero no como cualquier hombre, sino como el hombre de Dios injertado en el mundo.
La dimensión intelectual capacita al candidato para que éste tenga un pensamiento critico, reflexivo (estudios filosóficos), pero ante todo un pensamiento de trascendencia ante las realidades que lo rodean (estudios teológicos), que no se quede con un caudal de conocimientos, sino que esos conocimientos que posee le sirvan para acercarse a Dios y pueda así también conocer verdaderamente que es el Hombre, y conociendo al Hombre podrá conocer a su creador, pues la criaturas reflejan a su autor. La dimensión intelectual como las demás dimensiones están orientadas a buscar la perfección del hombre y de su relación con Dios y sus hermanos, pues todo gira entorno a la glorificación de Dios “omnia in gloriam Dei facite” y la salvación del hombre “salus animarum”y esto enmarcado en los procesos de Nueva Evangelización.