Dimensión Pastoral

“Proyecta hacia la misión de formar discípulos y misioneros al servicio del mundo” ( D.A No. 280).

El candidato se prepara para llevar un mensaje que trasforme todas las realidades humanas y así pueda conducir al hombre a su fin próximo: la salvación, pero ésta salvación es integral, es decir, abarca toda la vida humana.

La dimensión pastoral deberá infundir en el discípulo ese deseo de comunicar la Palabra de Dios a un mundo que está desorientado por tantas tentativas de conocer a Dios, a un mundo pluri-religioso, multi-cultural donde se presentan distintos caminos no muy seguros muchas veces para el hombre.

La dimensión pastoral es manifestación de la respuesta de la Iglesia a su Fundador, pues el Señor “Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar” (Mc 3,14) y también en otro pasaje les dice: “ Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”(Mc 16,15). Es así que la Iglesia cumple con su compromiso adquirido hace más de 2000 años con el Señor; la Iglesia es por tanto evangelizadora por naturaleza, su esencia es anunciar a Cristo resucitado.

El candidato manifestará en su acción pastoral su deseo misionero y a la vez se hará participe de la misión del salvador: “que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.”(1 Tim 2,4).

El candidato que no cumpla con este deseo no podrá nunca configurarse con Cristo, ni mucho menos podrá manifestar lo que siente en su corazón.

En la dimensión pastoral y misionera, el discípulo-candidato manifiesta a Cristo Buen pastor y lo hace vivo y operante en este momento de la historia.

La misión deberá inundar al candidato al sacerdocio, con un espíritu de desprendimiento y entrega a los demás, pues fue enviado a servir y no a ser servido, a comprender y no ser comprendido, a amar y no a ser amado, como lo dirá San Francisco de Asís.

El lema de la Nueva Evangelización deberá iluminar también está dimensión pues dice: «para que Jesucristo esté en tus labios y en tu corazón». El discípulo deberá sentir también la necesidad urgente de atraer a los alejados del Señor, para que puedan degustar del sabroso banquete de Bodas del cordero y esta realidad se podrá ver palpable en el deseo de ir a los alejados, como también de formar y de cuidar a los que se mantienen en la Iglesia como ovejas fieles o incluso de las que se sienten solas o indecisas, esto se ve palpable en el S.I.N.E “Sistema Integral de Nueva Evangelización” que pretende atraer a los alejados y formar en cercanía e intimidad con el Padre a través de Jesucristo en el Espíritu santo.